Antes de conocerla, no creía que la terapia fuera para mí ni que alguien pudiera entenderme de verdad. Tener una terapeuta latina que se conectara con mi cultura y la dinámica familiar marcó la diferencia. Alejandra me ha guiado a través de algunos de mis momentos más difíciles con empatía y sin juzgar. También aprecio la flexibilidad de las sesiones presenciales y virtuales, lo cual es increíblemente conveniente. ¡La recomiendo encarecidamente a cualquiera que esté considerando la terapia!